La madrugada del pasado domingo 15 de julio, se produjo un espectáculo astronómico de gran belleza. En esta ocasión no hicieron falta grandes telescopios ni cámaras especializadas ni filtros para verlo. Pero no todo fue fácil, ya que para poder observarlo había que madrugar mucho o trasnochar demasiado. En estas noches de verano el astrónomo espera con impaciencia la aparición del cúmulo de estrellas más bello del firmamento y en esta ocasión, con más ganas, vimos levantar por el este a las Pléyades y media hora después aparecieron júpiter y la Luna a una distancia mínima. De hecho un poco antes la Luna había ocultado al gran planeta gaseoso. (más…)