La madrugada del pasado domingo 15 de julio, se produjo un espectáculo astronómico de gran belleza. En esta ocasión no hicieron falta grandes telescopios ni cámaras especializadas ni filtros para verlo. Pero no todo fue fácil, ya que para poder observarlo había que madrugar mucho o trasnochar demasiado. En estas noches de verano el astrónomo espera con impaciencia la aparición del cúmulo de estrellas más bello del firmamento y en esta ocasión, con más ganas, vimos levantar por el este a las Pléyades y media hora después aparecieron júpiter y la Luna a una distancia mínima. De hecho un poco antes la Luna había ocultado al gran planeta gaseoso.
Desde mi zona de observación no pude ver la ocultación de Júpiter por la Luna por la hora de salida por el horizonte, pero en cuanto levantó lo suficiente tuve oportunidad de captar a Júpiter y sus cuatro satélites más brillantes muy cerquita de la cara no iluminada de la Luna. Hizo falta sobreexponer la cara visible para ver la luz cenicienta y apreciar mejor los satélites. Los dos puntos más cercanos a la Luna son dos estrellas de magnitud 6 de la constelación de Tauro.
Un rato después, como si no quisiera perderse este desfile estelar, fue apareciendo el otro gran cúmulo abierto de Tauro, las Híades, con su gran gigante roja Aldebarán a la cabeza.
Y ya cuando el día empezaba a anunciar el final de la velada, Venus entro en escena como si fuera una estrella, brillando casi con luz propia como siempre y cerrando este maravilloso desfile estelar. A pesar de que me he esforzado mucho intentando conseguir estas fotografías, he de decir que ni de lejos logran plasmar la sensación de ver en directo tanta maravilla junta de una sola mirada y en medio del amanecer.
de arriba a abajo: las Pléyades, Jupiter y la Luna muy juntitos, las Híades con Aldebarán y Venus terminando el desfile
se comenta que por el 12 al 14 de Agosto se va a ver algo en el cielo, estrellas fugaces o o algo asi…